viernes, 23 de enero de 2009

Inspiración de un martillo nocturno

Al martillo sonoro
que en el silencio clama
acompaña mi soledad pagana.
Acoplando mi alma
al suelo del lavabo,
busco y no encuentro calma
y mis huesos se esfuerzan cual esclavo.
Del pensamiento atado
cuelga una duda que genera agobio:
holgado repertorio
que busca una salida al dormitorio.
Vislumbré el mortuorio,
y el viento que por allí transcurría
se llevó mi alma fría,
pues nada más en esa sala había.
Palpitas fuertemente
pues afirmas que ni fuego ni agua
te apartan de la mente
que te arroja al infierno de esta fragua.
Te presto mi paraguas:
el agua purificará mi piel
y el pasado escurrirá como la hiel.
Y hoy maldigo a todo aquél
que despoja de las enaguas
la miel,
el pincel
que no tocará esta yagua.
¡Sorpresa!
Me he quedado dormida
al sentir que toda una vida
se puede perder en una partida,
...y no me interesa;
prefiero el limbo
allí donde la infancia y la inocencia
hacen acto de presencia.
Decadencia
para la apariencia
de un rostro que denota ausencia,
carencia
quizás de lo olvidado,
pues jugando con dados
la vida a mi puerta hoy no ha llamado.

viernes, 16 de enero de 2009

La tortura no es cultura

Es un camino con baches el que conduce hacia los milagros, pero los milagros no existen... ¿Por qué nos machacamos tanto a nosotros mismos? Siempre se ha dicho que el hombre busca su propia felicidad, pero al hermitaño se le hacen parejas de arboles todo a su alrededor. Quiero decir con esto que quizás tengamos un concepto distinto de los daños que la sociedad causa en el ser humano: se dice que en nuestra era, (y a medida que pasa el tiempo) el hombre se va haciendo más independiente. Dependiendo del contexto en el que se afirme tal cosa, podemos aseguran que hay "tradiciones" que en el hombre no cambian: el joderse a sí mismo, mentir, la dependencia de otro humano... o la fiesta nacional por excelencia, por ejemplo. Partiendo de este último punto, mis gustos sanguinolentos no concuerdan con los de la mayoría reaccionaria del país: yo soy más de ver a una bestia que se hace llamar "el animal superior" arrastrándose por una arena recalentada por el sol que aprieta después de comer... yo soy más de ver a esa bestia huir de un bello animal negro azabache con la furia de la venganza en los ojos... yo disfrutaría de la utopía del cazador cazado, de la naturaleza venciendo al hombre y de la muerte de quien se la infringe a un animal mofándose a su vez de él, porque hemos de reconocer que el único animal tan súmamente bajo y cruel que es merecedor de la muerte es el hombre.
Y la naturaleza nos dió conocimiento y "razón" para que los usáramos adecuadamente, pero somos tan patéticos que nos olvidamos de ellos constantemente.

sábado, 3 de enero de 2009

A una mano


Uno se desvive por su único prójimo...loco e ignorante. Es quizás el más tierno y el que menos culpa tiene, pero el que más lo paga sin saberlo. Es aquel que recibe los martillazos: el dedo gordo.


Otro vive de recuerdos, de señalar y de mostrar cosas, (aunque también con el se puede ocultar el Sol). Es el que le da nombre a la 1º página de un libro: el dedo índice.


El siguiente está siempre en medio...el solito, sin tirar hacia un lado ni hacia el otro. Es el único que queda en pié cuando la desvergüenza se hace presente: el dedo corazón.


El que vá a continuación no existe sin su consecutivo, pues si se mueve uno, se mueve el otro. Es uno de los que más suena al chascarte las falanges: el dedo anular.


Y por último el más sosegado, el más fragil...pero aún así de gran importancia: el dedo meñique.


De cortarme alguno, sin duda alguna me cortaría el corazón, porque sufre.