jueves, 11 de noviembre de 2010

Erre.

Me encanta el olor que dejas en mi almohada al dormir, me encanta... Me encanta abrazarte fuerte y dormirme así; siento que al estar de esa forma no tengo miedo ni a la propia muerte. Adoro ese lunarcillo en tu nariz, y tus ojos... esos en los que saber nadar o no, es indiferente, pues hasta ahogarse en ellos es beber del paraíso.
¿El destello que reluce en mis ojos cada mañana? Lo mueve tu sonrisa. Si tus brazos no me cubrieran, ¿quién me iba a proteger sino?
Cierras mi boca con cada suspiro y mis palabras desaparecen, símplemente me aturdes con tu existencia... y no puedo llamarte otra cosa que no sea "amor"; a tí lo asocio y por tí existe para mí, sin defectos y sin males.
Por tí y solo por tí, cambié el viejo deseo de no existir por uno nuevo de vida eterna, y esa vida será eterna junto a tí... te lo aseguro.

jueves, 18 de marzo de 2010

No me ofrezcas rosas.


No lo hagas, porque merezco jardines.